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24/04/2025

Con esperanza en la resurrección, despedimos al Papa Francisco

Oramos por el descanso del Santo Padre

El mundo despertó con la triste noticia de que, este lunes 21 de abril, a las 7:35 de la mañana, el Papa Francisco, el pastor que eligió caminar con los humildes, partió en silencio a la Casa del Padre.

El anuncio fue hecho por el Camarlengo de la Santa Sede, el cardenal Kevin Joseph Farrell, quien, con visible emoción, comunicó en un mensaje en video: “Con profundo dolor tengo que anunciar que el Papa Francisco ha muerto. El obispo de Roma ha vuelto a la casa del Padre”.

Así, en una mañana serena en el Vaticano, se apagó la voz que por más de una década habló de ternura, justicia y misericordia.

Francisco, de 88 años, había estado hospitalizado durante 38 días por una neumonía bilateral. Fue dado de alta semanas atrás, aunque su salud seguía siendo frágil. Aun así, este Domingo de Pascua hizo su última aparición pública desde el balcón de la Basílica de San Pedro. No pudo leer personalmente la tradicional bendición Urbi et Orbi, pero pidió que su mensaje fuera compartido con los fieles: un texto cargado de esperanza, apertura y fe, en el cual nos invitó a renovar la confianza en los demás y recordar que, por encima de toda diferencia, todos somos hijos de Dios.

Sus últimas palabras, apenas audibles, fueron un saludo pascual lleno de ternura:
“Queridos hermanos y hermanas... ¡Felices Pascuas!”.

Fue en marzo de 2013 cuando el mundo volvió la mirada hacia el balcón de la Basílica de San Pedro y vio aparecer a un hombre sencillo, de acento argentino y mirada serena: Jorge Mario Bergoglio. Aquel día, el arzobispo de Buenos Aires se convirtió en el Papa Francisco, haciendo historia como el primer pontífice proveniente de América Latina, el primer jesuita en ocupar el cargo y el primer Papa no europeo en más de un milenio.

Eligió llamarse Francisco en honor a San Francisco de Asís, el santo que amó la pobreza, cuidó de la creación y vivió para servir a los más humildes.

Desde el comienzo de su pontificado, adoptó un estilo distinto: eligió vivir en una residencia sencilla en lugar del Palacio Apostólico, priorizó el contacto directo con la gente y protagonizó gestos que conmovieron al mundo, como besar los pies de líderes enfrentados o detener su procesión para bendecir a niños y enfermos.

Hoy, mientras se preparan los ritos para su despedida, y la Plaza de San Pedro comienza a llenarse de fieles que llegan a rezar y dar gracias, el mundo recuerda a un Papa que eligió estar cerca. Que habló con palabras simples, caminó con los más frágiles y dejó un legado de compasión y justicia que trascenderá generaciones.

Como comunidad, nos unimos en oración, pidiendo que el Papa Francisco descanse en la paz del Señor.

¡Que Jesús María y José te abracen y te acompañen en el cielo!